Nací en el norte de Colombia, pertenezco a la etnia indígena Wayuu. Desde que tengo memoria, la minera El Cerrejón siempre ha estado interesada en nuestros territorios para explotar carbón a cielo abierto.
Llevamos décadas viviendo un drama real, marcado por la concentración del poder, los atropellos culturales y la destrucción de los recursos naturales. Estoy preocupado por el agua, por las amenazas que he recibido durante este proceso hecho a la fuerza, pero mediatizado de puertas para afuera, como una concertación “amable”.
Sueño con crear una consultora étnica, para asesorar a otras comunidades de Latinoamérica, que se encuentren en condiciones de reasentamiento y atropello cultural.